Lectura Nº1: El rol histórico inclusivo de la escuela, al sistema educativo, que termina excluyendo.
El contexto educativo chileno, latinoamericano y el de gran parte de las naciones del mundo están proyectados por una visión y perspectiva global mediante la firma de convenciones y tratados diversos. Desde la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 en donde, en su artículo 26, se explicita y firma que “toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental…” (ONU,1948)
La firma de la declaración antes mencionada, ha sido reafirmada por un conjunto amplio de instrumentos internacionales de derechos humanos, de los cuales Chile ha participado activamente como: la Convención relativa a la lucha contra todas las discriminaciones en la esfera de la enseñanza de 1960 o la convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de 1981.
Una de las principales convenciones internacionales que ha tratado la temática de la educación es la Convención sobre los Derechos del niño de 1989, que en su artículo 28 señala:
“1. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño a la educación y, a fin de que se pueda ejercer progresivamente y en condiciones de igualdad de oportunidades ese derecho, deberán en particular:
a) Implantar la enseñanza primaria obligatoria y gratuita para todos;
b) Fomentar el desarrollo, en sus distintas formas, de la enseñanza secundaria, incluida la enseñanza general y profesional, hacer que todos los niños dispongan de ella y tengan acceso a ella y adoptar medidas apropiadas tales como la implantación de la enseñanza gratuita y la concesión de asistencia financiera en caso de necesidad;
c) Hacer la enseñanza superior accesible a todos, sobre la base de la capacidad, por cuantos medios sean apropiados;
d) Hacer que todos los niños dispongan de información y orientación en cuestiones educacionales y profesionales y tengan acceso a ellas;
e) Adoptar medidas para fomentar la asistencia regular a las escuelas y reducir las tasas de deserción escolar.”
El contexto internacional regulador y legal, mencionado en los párrafos que preceden, coloca el foco, en este apartado, en el rol de la escuela entendida como sistema educativo, como la institución tiene como objetivo implementar los compromisos del estado a nivel internacional en materia de derechos educativos humanos.
Algunos de estos derechos tienen que ver con conceptos como: obligatoriedad, gratuidad, igualdad de oportunidades, acceso universal y reducción de tasas de deserción escolar. En donde se coloca a la escuela como la esencia de la inclusión igualadora de las oportunidades de los niños y jóvenes que están insertos en estos sistemas educativos, quienes por derecho y no por mero asistencialismo o merecimiento, tienen que recibir de parte del estado.
Continuando con el análisis de la escuela como institución inclusiva al sistema educativo, es interesante comprender que estas convenciones se firman en primer caso, debido a las altas tasas de analfabetismo que existían en un mundo polarizado y desigual como producto de las guerras. Colocando el énfasis desde el año 1948 en conceptos que, hasta el día de hoy, en sistemas educativos como el chileno, no están abarcados en su totalidad.
El estado a través de la escuela, debe lograr la escolarización de todo niño y joven en edad escolar y promover que el mismo, pueda acceder a la educación superior con la calidad necesaria que resguarde su derecho a la igualdad. Pero al analizar los datos acerca de la deserción escolar en el contexto educativo latinoamericano, e incluso europeo, se encuentra literatura que reconoce que el sistema, aunque sustentado en el enfoque de derechos, no logra abarcar a la totalidad de los jóvenes en edad escolar.
Existen factores interescolares que determinan la continuidad de un estudiante dentro del sistema, lo que se une a lo extraescolar que finalmente produce la deserción educativa y social de aquel que, por derecho, debería tener acceso a un sistema que proporcionara progresivamente las oportunidades educativas y que no terminara excluyéndolo.
La escuela con su currículum: rígido, estructurado y escalonado, que debería propender la inclusión educativa está produciendo que, según estadísticas de la UNICEF y UNESCO (2012) en Chile, existan cerca de 155.000 niños y niñas menores de 17 años, que presentan dos o más años de rezago escolar. En tanto que aquellos que presentan un año de rezago están en torno de los 370.000. Los cuales son datos que no son más que precursores de posibles deserciones y exclusiones educativas futuras.
Es relevante, que el estado chileno se haga cargo, a través de la creación de una modalidad de escuelas de reingreso y no por proyectos anuales concursables, de la reinserción escolar y por qué no decirlo también, de los procesos reparatorios de la calidad de estudiante de cada joven al que se le está vulnerando su derecho a la educación, firmado y reafirmado desde el año 1948 a la fecha.
David Navarro Muñoz, Fundación Josefina Méndez (2019)